Marcela Mota
lunes, 28 de diciembre de 2009
Jesús Mota
Marcela Mota
martes, 22 de diciembre de 2009
De mi paso por Chile - Capítulo 1
Empezaré mi relato con nuestro paso, de don Mejai y yo, por Papudo. No es que haya sido lo más importante, sino que casi lo primero que hice.
Nos fuimos de Santiago a Papudo de noche, así que no vimos gran cosa del camino. Primero nos dejamos caer donde mi tocayo Pedro Encina, conocido cuando niño como El Pelao. Nos recibieron con los brazos abiertos él y su señora. Conversamos su buen poco, a pesar de la hora, y nos fuimos bastante tarde a la Residencial La Plaza, donde habíamos reservado alojamiento, antes de que nos dejaran afuera.
Cuando la gente llega de paseo a Papudo lo primero que hace es ir a pisar la arenita de la playa, pero nosotros preferimos ir a visitar a nuestros queridos amigos de la infancia: al Tito con la Martita, a la Palmira con la Erna , al Miguel y por el camino fuimos encontrando al "Guatón" Manuel y varios otros que se alegraron de vernos tanto como nosotros a ellos.
Después le acepté el desafío a mi hermano de ir a jugar unos hoyos al club de golf, seguro de que me iba a dar la "tolola" de nuevo, pero yo estaba relajado y don Mejai se anduvo "trapicando" con los nervios, producto seguramente de su prestigio de ganador de la vez anterior. Empezó a darle coscachos a la pelota y a salirse de la cancha, pero como tiene buen genio -eso dicen- en ningún momento se mostró frustrado y tomó su juego con buen humor, dejándome saborear mi triunfo como buen hermano. Creo que él no soportó la presión del público - había un montón de queltehues que nos observaban con ojos de experto - además estaban los periodistas – él mismo y yo - que posteriormente escribirían los pormenores de la contienda en este blog con alcances mediáticos internacionales.
En otro momento también cumplimos un tanto a la carrera, con algo que habíamos anunciado: ir a la quebrada del Tigre. En realidad ese sector es conocido por los papudanos como Las Bellotas Largas. Nos guió mi tocayo Pedro Encina. Ir a ese lugar en su compañía fue de un agrado indescriptible. Fue revivir esos años de mi ‘’linda juventud’’ (título de una de mis canciones) y de su infancia - porque era bastante menor que yo - en que partíamos a la aventura con la honda, mi primera cámara fotografica - que ni siquiera era realmente mía, sino de mi hermana - alguno de los perros y un pan amasado en bolsillo; comiendo cóguiles o berros, tomando agua de vertiente y jugando con palos y piedras. Yo ya era chiflado por los planetas, la luna y las estrellas, pero también me interesaban las plantas y los animales, así que nuestras conversaciones trataban de esos temas, que igualmente interesaban a mi compeñero de excursiones. Y no era una relación de un grandote medio culto que se las daba de sabio con un mocoso poco instruido, sino un intercambio de opiniones sincero sin pretenciones de "sabelotodo", entre dos personas que amaban la naturaleza, porque yo iba igualmente aprendiendo de él : nombres de plantas, insectos y pajaritos, maneras de lanzar piedras con eficacia y muchas otras cosas que él sabía mejor que yo por vivir más cerca de la naturaleza. Siempre fue para mi tremendamente placentera la compañía de mi tocayo y un orgullo su sincera amistad.
Con don Mejai también fuimos a la feria, donde tienen un kiosco de comidas el Miguel y María, su señora. Ahí nos servimos unas ricas empanadas caseras y mote con huesillos. Como siempre conversamos de múltiples temas y con la entretención el tiempo pasó volando quedando pendientes otras aventuras y cuentos para el próximo encuentro. Estuvimos también en la casa donde crecieron los trece hijos de don Miguel y la señora Juanita, que es donde viven actualmente la Palmira y la Erna. Allí, estas chiquillas sacaron de un cofre un millar de fotos de la época en que éramos pergenios hasta otras mucho más actuales.
Este blog también está perpetuando nuestra historia. Por eso he escrito estas líneas que espero que sean apreciadas, no tanto por su calidad literaria, sino por el calor humano con que deseo revestirlas.
Por ahora hago una pausa aquí y me atrevo a pedirle a mi hermano que siga con un capítulo complementario, mientras preparo la segunda pata de esta visita a mi terruno. O sea que nuevamente digo como en las antiguas series del Okey o del Peneca: "continuará".
Escrito por don Yope
viernes, 6 de noviembre de 2009
Amigos siempre amigos
Anduvimos perdidos harto tiempo, posiblemente más de veinte años desde la última vez que nos habíamos reunido aquí en esta ciudad. Por muchas razones no nos podíamos juntar, tiempo (esta ciudad absorbe....), cuando uno podía el otro no, cuando marcamos algo hubo algún problema de última hora, en fin, tantas cosas que aplazaron este encuentro.
Pero el miércoles no hubo caso, ese encuentro era sí o sí, y fue en un evento de turismo sobre Patagonia Chilena, en el cual participó el Rober como Asistente de Traducción. Gastamos la lengua conversando. Y puchas que recordamos cosas!!! Hasta nos faltó tiempo así que estamos viendo la forma de reencontrarnos para seguir el chicharreo.
Aqui queda el recuerdo del antes y el ahora, con unos añitos más, canas y, claro, kilos....
Sursum corda !!!
A saber... a mi hermanita Luz María le entraron a robar, allí mismo... en Munita Infante 4356 y los cacos se llevaron su tele, joyas y ropa nueva !!!
A Lorenita mi sobrina hija de Luz María, le robaron mientras andaba por el barrio Rosas... celular y dinero y para peor después tuvo que operarse de cálculos renales !!!
Marcos Esteban, hijo de mi hermana María Consuelo, sufrió un percance y se quebró el brazo. Allí está inmovilizado y con licencia.
Y para rematarla a don Rorro se le ocurre tener una crisis de divertículos que lo mandó a la clínica de urgencia para ser operado. Ahora está recuperándose en La Alemana.
Saludos y cariños para todos y que repunten !!!
No hablaremos en esta ocasión de dolores y achaques varios, que los tenemos todos no?
domingo, 4 de octubre de 2009
Los Bórquez Acuña
La Any parece que era buena la los estudios, no repitió ni un año (ni ninguno de nosotros aunque yo confieso que por mi lado fue pura buena c.....) se fue derechito a la U, a estudiar Diseño y Artes Aplicadas, al parecer tuvo buenas amigas ahí, recuerdo a una en especial, Gloria Garetto, chiquilla simpática, alegre y, claro, bien bonita también ( hermano, usté sabe, califas desde chicos...).
Recuerdo tambien el viaje de final de curso que hizo a México y Miami!!! Me trajo mi primer bluejeans Lee y una radio a pila marca Fiesta que fue compañera de mis tiempos libres por un montón de años. Despues recuerdo haber visto a Pabliton Jejé (Bórquez Pozo) con ella, y todavía funcionaba! Saben? Recuerdo hasta el olor de esa radio...
La Any tambien me compró mi primer terno, cuando comenzó a trabajar en la Corvi, en un departamento que diseñaba jardines o algo asi. Lo pasamos bien en esos tiempos. Fue en ese entonces que conocí a la Chabela, vecina en los blocks de Maipú con Catedral y un dia le presenté a su hermano, don Rodrigo Osorio, alias el Yoyito, que de tanto visitar a la Chabe acabé conociendo y nos hicimos grandes compinches. Puchas que me siento contento de eso, porque han tenido una familia re linda y han sido unidos hasta hoy en su matrimonio, cosa rara en los tiempos actuales ( lo digo por mi que estoy en el segundo y tambien por don Yope, que ya va en el tercero...).
Solteros y sin compromiso saliamos los cuatro a las disco, al Catacumbas, al Topsy en Viña, fuera de unas fiestas re entretes que hacíamos en el departamento, escuchando Adamo, Herve Vilard, Engelbert Humperdink y Eydie Gormé y Los Panchos, te acordai Tila????
Y tendría tantas cosas que contar y decir de la Anamaría, mi Any, mi Tila.... Que hizo mucho por mi madre en sus ultimos años, con una paciencia envidiable y con deterioro a su propia salud. Que se entregó a ser mamá, esposa y ahora abuela con la garra de siempre, metida en ese cuerpo flaquito.
Te quiero mucho Tila, cuídate pa' que sigamos pasandolo chancho y queriéndonos como siempre lo hemos hecho.
De mi hermano también debo decir lo mismo. He estado siempre orgulloso de él, derecho como un álamo, claro en sus ideas y principios, cristiano de corazón, lejos del aspecto religioso, un alma sin malicia, sin odios ni rencores (en eso somos harto parecidos). Y podría tenerlos porque harto que la sufrió el hombre despues del 11-09-73. Don Yope es la persona más coherente entre ideas y forma de vida que me ha tocado conocer y convivir. Con una nobleza de profundidad abisal don Yope tenia pocos pero buenos amigos cuando era cabro. Recuerdo a Ali Duek , al Tano y, claro, a mi tocayo "el negro" Sanchez, sin contar obviamente a sus "hermanos" papudanos, el viejo Miga, el Tito, el Guatón, la Teruca, la Palmy, la Erna, por nombrar los más, digamos, adultos.... Se que todos ellos viven en su corazón gigante y le dan energías a esa máquina con la emoción de esa amistad imperecedera.
Don Yope ya era grande cuando yo era chico... Recuerdo que hubo más de un año en que fuimos juntos al mismo colegio, el nostálgico Liceo Ruiz Tagle. Me llevaba no de la mano, como cualquier persona. Me "dirigía" del cuello, con su mano abajo de mi nuca.....igual que un manubrio a un auto. Me entretenía ese modo de ser llevado!
En este colegio y con el Padre Guillermo de la parroquia Santa Rosa de Lima, creo que le entró el asunto de la música. Pienso que el hermano Luciano, el asunto del coro y otras influencias ruiztaglinas hicieron que don Yope agarrara el camino de las corcheas, las fusas y semifusas. Y lógicamente que por esas influencias y apoyos de gentes de esa nacionalidad también se pudo ir a vivir a Canadá en momentos en que la cosa en Chile se le había puesto sumamente cuesta arriba.
Es curioso, pero aunque estemos así tan distantes y nos veamos cada dos o tres años, su presencia es para mí siempre constante y no pareciera que no nos veamos tan a menudo. Los días que pasamos ahora, en Papudo, fueron pocos pero intensos. ( esta vez, me dio la zurra en el golf...) Uno de ellos, un sábado que llovió para el carajete, nos quedamos todo el día en la pieza del hostal. Conversamos de fotos y de estrellas, copiamos programas para hacer de la astronomia algo aún más entretenido, en fin, percibimos que no era necesario salir a ningún lado para pasarlo bien entre buenos hermanos. Y cuando nos fuimos a Santiago, en una noche absurdamente clara con un cielo cuajado de estrellas, paramos en la mitad del camino entre Papudo y la carretera para que don Yope me enseñara por lo menos un pedacito de ese cielo que mal conozco. Y aprendí harto!
Un lindo recuerdo guardo de la época en que mi querido don Yope tocó en la orquesta de Carlos González. El finaíto músico estuvo muchas veces en casa y varios arreglos orquestales de temas que hoy son marcantes de la nueva ola chilena, tocados en la Oasis por supuesto, se hicieron en nuestra pieza, y el parcito escribiendo partituras encima de una linda mesa en octágono ( o era hexágono?) que estaba junto al piano Becker & Son (?) que aún suena sus acordes en casa mi sobrina Vanessa Osorio. Allí, en esa pieza del 157 de Ruiz Tagle, al lado del baño, probablemente nacieron los acordes de Aun te quiero, Sabor a salado, Tú me perderás, Aunque sé, Mi amor es grande, Balada de la tristeza...
Y era algo tan especial estar en casa con un cabro que cantaba en la radio y que hacía discos! Carlos era requete conocido y tengo la imagen nítida de él en nuestra pieza y otra caminando por Ruiz Tagle hacia la casa, una tardecita de verano (él estaba en mangas de camisa, blanca, con unos pantalones café oscuro, aunque podrian haber sido fucsia, ya que soy un poco daltónico... hehehe).
Me gustaria mucho que don Yope contara de este tiempo, esa época, aqui para todos los chiquillos del blog....
Y tengo mucho más que contar de mis recuerdos con don Yope, cosas de Parral, o de cuando vivió con don Topa, o cuando nos hemos visto en Saint Jerome, reflautas, tanta cosa. Pero estas líneas eran solo para decir que tengo dos hermanos que me han enseñado sin querer, el verdadero sentido que tiene esta palabra. Gracias hermanos por ser así.
Cuidense de los diverticulos!!!!
Ps. Don Yope, un bidón de aloe vera y estoy como tuna....
viernes, 4 de septiembre de 2009
Les presento a Milou, el nuevo integrante de la familia Acuña Hernández
Lo que pasa es que se sufre mucho cuando se nos enferman o finalmente se nos mueren y por otro lado ahora como es nuevo, hay que andar detrás de él limpiando los surullos ya que todavía debe aprender a ocupar el lugar destinado para sus necesidades.
miércoles, 19 de agosto de 2009
Magdalena Paz y su padre
martes, 11 de agosto de 2009
Bienvenido don Yope
Ya les contaremos los pormenores de lo que vaya sucediendo...
jueves, 16 de julio de 2009
Anecdotario de don Yope 3
Estaba en cuarto o quinto básico y había un compañero de apellido Vallejos, que decía con mucho orgullo ser originario de la ciudad de Yungay, cerca del Salto del Laja y de Los Ángeles. No dejaba pasar ocasión sin hacer mención de lo lindo que era Yungay, de la rica comida de Yungay, en fin, de la buena vida de Yungay.
En aquella época tener una pelota era un privilegio, sobre todo una de fútbol. Tenía otro compañero de curso que era re buen amigo, Fernando Campillo. Un día él me prestó su preciada pelota de fútbol por unos días, préstamo acompañado de todas las recomendaciones del caso, y yo me comprometí a cuidarla como hueso santo.
Con gran placer se la fui a mostrar a los "cabros" del barrio y armamos una feroz pichanga en la calle Federico Reich, delante de la casa de la Chabela. Estaban conmigo: el Tano, el Mariano, el Murruco y otros amigos, a lo mejor el Lalo y el Hugo.
De pronto, el Tano gritó: "¡Los pacos!", y todos se fueron a esconder detrás de las rejas del antejardín de la casa de la Chabela. Yo, concentrado en la pelota, no me me di cuenta a tiempo de la aparición de "la cuca" que se detuvo frente a mí.
"¡Qué está haciendo!", me dijo con enojo un carabinero sin bajarse del furgón. El corazón me zapateó en el pecho y lo único que me preocupó en ese momento fue la posibilidad de que me quitaran la pelota, que no era mía.
"Yo...náa", respondí con un aire inocente y angelical con la pelota en los pies.
"¡Cómo que nada! ¿Que no sabe que está prohibido jugar a la pelota en la vía pública?", argumentó el carabinero.
"No, yo no sabía náa", respondí haciéndome el de las chacras con un acento de campesino que hasta me sorprendió a mí mismo.
"¡Todos saben que no se permite jugar a la pelota en las calles!", siguió el uniformado.
"Es que no soy de aquí", le respondí.
"¿Y de dónde es usted?" me preguntó, siempre en tono severo.
"Yo soy de Yungay", le contesté con un tono más ''rural'' aún.
"Yo conozco Yungay y allá tampoco se puede jugar a la pelota en cualquier parte, usted sabe que el cuidador de la plaza anda con una huasca para que los muchachos no se pongan a molestar a la gente con la pelota"... Cuando el carabinero dijo que conocía mi supuesta ciudad de origen sentí un escalofrío y pensé: "estoy frito". Pero estaba obligado a seguir con mi cuento. Así que para no meter la pata le respondí con un breve "sí", tratando de abreviar la conversación para no darle mucha ocasión de pillarme en mi mentira, porque si lo hacía se enojaría conmigo y terminaría quitándome la pelota.
Entonces me dijo que me entrara y que no jugara más al fútbol en la calle, que si me pillaba de nuevo en lo mismo me iba a llevar a la comisaría. En seguida partió el furgón y me volvió el alma al cuerpo.
En cuanto desapareció el vehículo salieron de su escondite los cabros, muertos de la risa, haciéndome bromas sobre mi supuesto origen campesino.
El verano del 71 recién conocí Yungay, durante la participación de Voces de América en los trabajos voluntarios. Lindo lugar del cual tengo hermosos recuerdos, de sus paisajes y de su gente.
Ya vendrán otros anécdotas, si la barra me lo pide. Tengo el baúl bastante lleno de recuerdos, algunos divertidos, otros emotivos. Ahora espero que alguien más del equipo se ponga con otras historias para seguir enriqueciendo este blog.
Escrito por donYope
lunes, 6 de julio de 2009
Esos papás chochos !!!
Uff !!!
Comparto con ustedes una fotografía de ese feliz día en cual podrán observar como sacan pecho los orgullosos padres.
lunes, 15 de junio de 2009
Don Premiao, que le dicen...
sábado, 13 de junio de 2009
Otras de la tía Chicuca
La tía Julia, don Jotita (el regalón según cuentan) y la Teresita, tan linda y graciosa ella. Esta foto data de 1938 y está tomada en la playa Las Salinas según la información que aparece atrás de esa imagen.
jueves, 4 de junio de 2009
La tía Chicuca
Me suena curioso este término “pudiente”, sin similar en el idioma portugués con el cual convivo día a día tanto en lo profesional como en mi vida de inmigrante en este país. Creo que no tiene que ver con el ejercicio del poder, ya que en ese caso seria familia poderosa… Debe ser, claro, por algo netamente económico. En fin, elucubraciones que nacen de este recuerdo de mi tia Chicuca. No se quien le puso ese apodo, se me imagina que el tío Sergio, aunque puedo haber sido yo mismo. Siempre fue chiquitita, aunque yo fuese un cabro de pantalones cortos la veía chicuca…
Me tenia un cariño inmenso, que fue reciproco hasta su partida. Imposible olvidar los “cariñitos”que mi tía Chicuca le hacía a mi guatita. Llegó Jaimito del colegio al medio dia? Ahí me esperaba un huevito a la ostra o un bistequito alemán ( no le llamaba crudo…) escondido en el mueble de la cocina. Y partía yo con el platito a su pieza, me instalaba en el velador y escuchábamos juntos Lo que cuenta el viento, en la radio Del Pacífico. Cuando llegaba del colegio en la tarde, me esperaba con una oncecita, pan tostado con mantequilla, o un huevo revuelto, o un pedacito de brazo de reina, mi dulce preferido!
Aaahhh, y pobre del que amenazara con pegarle a Jaimito, o hacerlo rabiar! Salía la tía Chicuca, redondita, bajita y de pasos lentos, de su pieza, al lado del subterráneo y frente a la terraza y decía su frase inolvidable: No les da vergüenza a los grandotes hacerle eso al niño, ah??? A veces empuñando una escoba!!! Esa era mi tía Chicuca, mi Mujer Maravilla, mi protectora, la que me mal criaba y me rebalsaba de cariños.
Su pieza olía a yerbas medicinales y siempre tenia un tilito preparado. Tenía también, siempre en el primer cajón de su cómoda, un paquetito de dulces que se llamaban “besitos”, para Jaimito, claro. Se quejaba del “reuma” y de otros males, pero ahora sé que tenía una salud de fierro. En los fríos y lluviosos inviernos que había en el Santiago de los años 60, la tía Chicuca calentaba la pieza con un brasero, donde no faltaban las cáscaras de naranja o el tarrito con agua y hojas de eucalipto.
Despues de la muerte del abuelo David y la venta de la casa de Ruiz Tagle, la tia Chicuca se fue a vivir a otro lado. Yo recuerdo el tiempo en que vivió con la familia de Blanquita y José Garrido Navero ( si no estoy errado de sus apellidos…) al que don Jorge Arluciaga Maturana y mis tíos Jorge y Sergio llamaban cariñosamente de "Pepe el Bala", vaya a saber por qué… La casa estaba por ahí por la calle Victoria, al sur de Av. Matta. La visitaba siempre que podía y continuaba teniendo “besitos”en la cómoda, así como otros cariñitos pal Jaimito.
Pasó el tiempo y la tia Chicuca decidió irse a un hogar de ancianos, por allá por Recoleta o Independencia (siempre confundo esas calles). Cada vez que viajaba a Chile trataba de visitarla. En ese hogar, en su piececita siempre ordenada y limpia, nuevamente sentí ese olor a yerbas medicinales y a braserito. Un día la tía Chicuca decidió partir y dejarme sin “besitos”, huevo a la ostra, bistequito alemán y brazo de reina. Yo ya estaba grandecito y posiblemente percibió que podía defenderme solo. Fue entonces que dejó su escoba atrás de la puerta y partió, viejita, redondita con sus pasos lentos a descansar de su “reuma” y de sus trajines.
Escrito por don Mejai
jueves, 21 de mayo de 2009
Anecdotario de don Yope 2
viernes, 15 de mayo de 2009
martes, 12 de mayo de 2009
Mi compadre Pedro
Considero al Pelao mi hermano. Siempre lo he sentido mi hermano, desde la primera vez que nos debemos haber visto, con pantalones cortos y un jockey, cuando mi padre me llevó de la mano desde la estación de tren de Papudo hasta la casa de la familia Encina Álvarez. Ahí estaban los dos cabros chicos, casi de la misma edad, listos para iniciar el camino por la vida, por las quebradas y cerros, por las noches estrelladas, por los inviernos crudos, durmiendo en la misma pieza y más de alguna vez en la misma cama. Ahí estábamos, uno frente al otro para después quedar hombro con hombro, caminando juntos de corazón, en la misma dirección de la paz y alegría de compartir la vida , hasta el día de hoy y para siempre.
Me enseñó con su ejemplo a ver la naturaleza con alegría, aunque estuviese lloviendo a chorros. Me mostró como se puede ser simple y profundo al mismo tiempo, con sus palabras mansas cubiertas de razones humanas, prescindiendo de fórmulas, libros o ecuaciones. Experiencia empírica de vivir, simplemente.
Con el Pelao lo pasamos chancho cuando chicos y hasta bien grandecitos, pese a nuestros limites económicos, que bordeaban la pobreza franciscana. Pero la horcaja de la honda, los elásticos de neumático y los huevillos de piedra eran gratis, lo mismo el pedazo de tabla para deslizarse encima de las plumillas de pino en la cancha del 8, los paseos en la carretilla, los porrazos jugando en las lianas, los frutos del boldo, los cóguiles, las pencas, el agua de los arroyos, los paseos por la terraza, las idas a la gruta, las puestas de sol en Pite, los atados de leña, las pelotas de golf perdidas, las noches estrelladas, el juego de las escondidas, la complicidad en las bromas y los amores imposibles de la niñez. Gratis, toda esa felicidad inmensa sin gastar un solo centavo. Aprendí con él que las cosas que más valor tienen hoy en mi vida no se compran ni con todo el dinero del mundo.
Hoy sé claramente que Papudo no es importante como destino, lo importante de verdad es reencontrar a mis amigos y estar en casa del Pelao, conversando de lo humano y lo divino, sentirme en familia y siempre bien acogido por Luisa, Pedro y todos sus hijos. Y tengo siempre nostalgias de esto, que es tan mío al punto de ser casi imposible de explicar.
Compadrito, ya le voy a llegar por su casa, para que nos riamos de las mismas historias, compartamos el pan y el vino, nuestra comunión personal de todos estos años. Necesito seguir aprendiendo de usted, necesito recordar todo lo que vivimos juntos, una y otra vez, auque los oyentes diga “pucha, van a contar de nuevo la misma cosa!”. Espérese, no más….
(continuará, como dijo don Yope)
El regreso
Por ello se hace necesario el ejercicio de escribir, para evitar ir olvidando aquellos momentos que nos emocionan y de paso compartirlos con aquellos que nos rodean, que nos quieren, que nos escuchan y nos leen.
Hacía como ocho años que no salíamos a veranear los cuatro juntos, o sea toda la familia unida. Los hijos ya están en una edad en que les parece fome salir con “los viejos” pero este verano de 2009 se “dieron las cosas” como acostumbran a informarnos nuestros futbolistas, mejor dicho hubo una conjunción de los planetas para que David y Valentina graciosamente nos regalaran con su compañía. Así partimos rumbo a la región de mis antepasados, esperanzados por llegar cuanto antes a las playas serenenses, nuestras playas de toda la vida, donde nuestros hijos desde pequeños se han bañado y retozado con alegría y seguridad.
La visita al cementerio al parecer se irá transformando en una tradición, hasta que me toque visitarlo en forma permanente y definitiva. A pesar que soy reacio a honrar a mis cercanos en el lugar donde están sus restos mortales – pienso que hay maneras mejores – ya no podré dejar de ir al lugar donde están sus huesos para cumplir una tarea que me he impuesto, la cual es renovar la pintura de la placa de mármol que se va deteriorando con el tiempo.
Traté de hacer la mayor cantidad de cosas posibles, pero siempre hay algunas para las cuales inevitablemente no nos alcanza el tiempo, como por ejemplo visitar a la prima Kena, que según entiendo está viviendo en Tierras Blancas y también realizar una escapada a Carén para lo cual no encontré el suficiente quórum entre mi gente.
Espero cumplir con esos deseos y otros más para la próxima visita.
lunes, 11 de mayo de 2009
GÜENO YA!!!
Claro que tambien tengo cosas buenas para contar, como esa de que gané un premio de la editora Perfil de Buenos Aires, por una materia de texto y fotos que hice para la revista Caras de Brasil, la que ustedes pueden ver en:
http://www.jaimeborquez.com/caras_mario_frias.html
Debo ir ahora, dia 19, a Buenos Aires para recibir mi "oscar" y unos pesitos que me van a caer re bien, para que les voy a mentir...
El trabajo que fui a hacer en Polinesia tambien fue para la revista Caras y quiero ponerlo aqui, pa'cachiporrearme... Era para hacer solo una materia pero salió en dos ediciones de abril y eso fue porque el material quedó de rechupete.
Pero primero tengo que averiguar con el entendido, nuestro editor don Topa, para ver que magia hay que hacer para lograr ese milagro. Soy nulo en computación, para mí computador es una maquina de escribir un poco más sofisticada....
Bueno, los dejo por aqui prometiendo sacarme re toititos los pillos en estos dias!!!!
martes, 7 de abril de 2009
Cumpleaños feliz !!!
Salú !!!
Jorge
lunes, 23 de marzo de 2009
Anecdotario de don Yope 1
El primero que quiero contarles les pasó a mis viejitos queridos. Resulta que mi papá era un lector nocturno empedernido y como la luz impedía a mi mamá de dormir, se le ocurrió a mi viejo la luminosa idea de leer con una velita que siempre mantenía en una palmatoria sobre su velador. También a él le gustaba escuchar con el volumen muy bajito, música clásica en su radio. Recuerdo dos modelos que tuvo y que duraron bastante tiempo, una color café con el dial horizontal y cuatro perillas, una de interruptor y volumen, otra de control de tonos, la tercera para onda corta o larga y la cuarta para seleccionar radio o tocadiscos. El otro modelo fue una de color celeste con el dial cuadrado con una aguja que giraba y que contaba con sólo dos perillas. Creo que esa radio era de mi hermanita. En esos años los aparatos electrónicos eran de tubos y había que tener la paciencia de que se calentaran al encenderlos.
Una noche mi viejo se quedó dormido con la radio encendida y cuando mi mamá se dio cuenta lo trató de despertar suavemente diciéndole: "Pedro, apaga la radio". Entonces, mi taita se enderezó bruscamente y sin despertarse realmente empezó a soplar la radio como si fuera la vela. Mi mamá casi no pudo dormir porque la risa la mantuvo despierta casi toda la noche y cada vez que se acordaba de la anécdota terminaba de contarlo entrecortada por la risa irresistible que le venía.
Escrito por don Yope
sábado, 7 de febrero de 2009
El primer festival de Río Claro
Si la memoria no me engaña, este festival tuvo lugar el verano de 1971 en el parque del Río Claro, hermoso lugar que contaba con un gran escenario y asientos para varios centenares de personas, además de instalaciones de recreación tales como juegos para niños y un embarcadero para invitar a los turistas a dar un paseo sobre el río que en esa parte era amplio y tranquilo. Las barcas podían acomodar por lo menos diez pasajeros y con ocasión del festival fueron bautizadas y decoradas con el nombre de las canciones o de los conjuntos participantes.
La fórmula del festival fue bastante original y no se ha repetido nunca más, que yo sepa, en ningún otro festival de prestigio. Los compositores debían presentar cuantas obras quisieran de las cuales serían seleccionadas las diez mejores escogidas por un jurado y por votación del público auditor de las radios regionales. Cada canción sería defendida por un conjunto o artista profesional y un aficionado, obedeciendo a la tendencia de la época de la formación de numerosos nuevos grupos. El criterio para definir quién era profesional era haber realizado la grabación comercial de un disco
Quienes organizaron el evento fueron
Como Voces de América era ya bastante conocido, pero no tenía disco grabado, tuvo que ser aceptado, no sin cierta resistencia, como conjunto aficionado
.
Lo otro que causó algunas incomodidades fue el hecho de que yo presenté tres canciones: "Canto a
Hasta aquí la cosa iba bien y todos parecían contentos, pero entonces surgió un gran pero: Arauco Soberano salía primero de lejos en todas las votaciones populares y encuestas. Francamente creo, y no fui el único en pensarlo, que hubo confabulación para impedir el triunfo de mi canción por razones políticas. Resulta que poco antes habíamos tenido una conversación un poco áspera con René Largo que era un fiel militante del Partido Comunista, y como nosotros no nos "casábamos" con ninguna ideología partidista, sin dejar de ser comprometidos con los ideales progresistas de justicia social, quedamos como "en capilla" para consideraciones futuras.
Entonces se produjo una maniobra que paso a describir sin calificar, para ser lo más objetivo posible.
Como se suponía que nosotros éramos los aficionados, mis canciones debían ser defendidas por dos conjuntos profesionales. Canta, Guitarra, Canta le fue entregada si mal no recuerdo, a "Los de las Condes" y Arauco Soberano a un cuarteto bastante bueno de Talca cuyo nombre no recuerdo, porque después de esa ocasión no se mantuvo unido por mucho tiempo. Tuve un encuentro con su director una semana antes de la apertura del festival y le entregué hasta las partituras de mi armonización. Quedó super entusiasmado lo mismo que nosotros que escuchábamos y leíamos las encuestas que daban mi canción ganadora "de aquí a Penco".
Pero se produjo algo muy extraño: un día o dos a lo más, antes de empezar el concurso me llamó René para decirme que había decidido quitarle Arauco Soberano al grupo de Talca y que yo debía entregárselo a un dúo mapuche que él había escogido. A pesar de mis protestas y la furia del otro conjunto no me dejó alternativa, era sí o sí, de lo contrario nos íbamos pa' la casa.
Traté como pude de arreglar a la carrera mi canción para los dos amigos mapuches que se sentían honrados de poder participar en el festival, sin conocer los entretelones de la situación. Sin resentimiento digo con pena que estos amigos carecían de voces y de manejo de los instrumentos como para competir con los demás profesionales, entre los que se encontraban Pedro Messone, Patricio Mans, Rolando Alarcón y otros de esa envergadura.
La canción fue finalmente eliminada no sin crujidera de dientes. Un día Pedro Messone comentó delante de René y otros participantes: "¿Bueno y quiénes son los profesionales en esa canción?". René tragó saliva, pero no tragó el alcance hecho por Pedro Messone y anduvo amurrado con nosotros el resto del festival, que duró como una semana.
Después, como de ''yapa'' tuve un percance con Margot Loyola, que era muy amiga y correligionaria de René y que presidía el jurado conjuntamente con Elisa Gayán, en ese tiempo Decano de
Doña Margot quedó muy ofuscada cuando le pregunté la razón de la eliminación de Arauco Soberano. El diálogo fue más o menos así:
- "Señora Margot, sin pretender discutir su decisión, ¿me podría decir por qué fue eliminada la canción Arauco Soberano?"
- "Porque el Choique Purún no es así, éste está mal hecho".
- "Pero yo NO quise componer un Choique Purún, sino una simple canción dedicada al pueblo mapuche".
-"¡Ah, usted es el autor, no tengo por qué darle explicaciones a nadie de las decisiones del jurado!".
La verdad es que yo solo deseaba conocer una buena razón, para tener un argumento menos doloroso que el que me daban mis compañeros de conjunto que decían: "nos estafaron". Pero como la cosa se estaba poniendo medio pesada para los organizadores y el jurado que empezaba a ser cuestionado, no se atrevieron a ir más lejos y fue así como ''Canta, Guitarra, Canta'' ganó limpiamente el tercer premio.
Me da pesar ponerme a comentar este hecho, pero según otros participantes y amigos, mis dos canciones comparadas con las otras seleccionadas, eran merecedoras del primer premio. Según las malas lenguas de esa época, el inconveniente fue no estar en el ''buen partido político''. De todos modos me quedó la satisfacción de haber competido con los mejores de ese tiempo y quedar bien clasificado. El festival es un bello recuerdo y Voces de América un hito en mi vida. Hoy tengo el orgullo de ver mi Arauco Soberano convertido en Cantata y premiado por el Consejo de Artes del Canadá, ocupando un lugar oficial en
Hace bastante tiempo que no compongo, por estar ocupado en otros menesteres, pero me estoy haciendo el ánimo para rescatar algunas viejas ideas y llevar al papel otras nuevas, que después irán a un CD aunque sea doméstico, para legar mi pensamiento y sentir musical a mi descendencia.
Ojalá les guste y me recuerden con cierto orgullo.
Escrito por don Yope
miércoles, 4 de febrero de 2009
El que nace Chicharra muere cantando
Dicen que algunas chicharras pueden llegar a morir debido a la diferencia de presión sonora producida por su caja de resonancia. De ahí vendrá el dicho?
Al final lo importante fue tener la oportunidad de estar en contacto con la naturaleza y apreciar la vida que bulle en aquel lugar al que muy ocasionalmente puedo visitar.
La foto que ilustra esta pequeña intervención se la dedico especialmente a mi primo don Yope que goza y vibra con este tipo de imágenes...
Nobleza obliga
Podrán ver en el ángulo superior de la foto una imagen de mi prima Mariam, está así de chiquita porque no logré conseguir una mejor de ella. Dicen que se arranca cuando alguien toma fotos cerca suyo. Me cuentan que en este momento anda "gozando los riales" por San Vicente de Tagua Tagua, la comarca de los Castro Acuña...
jueves, 29 de enero de 2009
El alzheimer eterno....
UNA TORTA MODESTA PERO CON CARIÑO PA' DON TOPA
Y ahora, por enésima vez, me olvidé del 24... Y lo repetía harto, 24, 24,24,24,24,24.. . Es que el 24 de enero es el aniversario de mi yunta, el primo más querido que tengo, el viejo don Topa. Y yo le hice una vez más la tayita de no saludarlo como correspondía, en el día de su cumpleaños y no después, con miles de disculpas.
Y confieso que la única fecha que recordaba era el cumpleaños de la mamy Tita: 4 de Julio, porque la asocié al día patrio yanqui... No recuerdo el cumpleaños de don Yope, y es el mismo día que nuestro papi, don Pedro Segundo!!! No tengo remedio...
No hay caso, pienso que lo mejor que puedo hacer con don Topa es saludarlo todos los 365 días del año. Ahí un día le achunto al 24 de enero!!!
Viejo don Topa, pensemos lo siguiente: No lo saludé para no recordarle que está más viejo.
martes, 13 de enero de 2009
Un recuerdo de Marito
Toda vez que escucho hablar de Viña del Mar me viene la imagen del Maro a la memoria. Y es curioso, no tuve una relación de grandes conocidos, ni menos de amigos, con él. Siempre fue distante, como le cabía ser a una relación de primos que se ven tarde, mal y nunca. Por otro lado, cuando los tíos me hospedaban en ese departamento que tenía una vista absolutamente maravillosa del Pacífico. Ahora que lo pienso bien, mi sitio aquí en Laguna Verde y desde el cual estoy escribiendo, pareciera estar a la misma altura que el departamento de mi linda tía Rochy y de mi querido tío Mario…
Yo entendía que estaba invadiendo la vida de Maro, por lo tanto trataba de ser invisible, para no interferir en su cotidiano de ir a visitar amigos del mismo edificio, salir a dar sus vueltas, encontrarse con su gente en la noche, en fin, nada que lo pudiese incomodar con mi visita. Pienso que la tía Rochy entendía mi actitud, ya que de noche organizaba esos carteados inolvidables a tres, ellos dos y yo ( nunca voy a olvidar que las fichas eran del mismísimo casino de Viña del Mar, que cosa fina !!!), a los cuales llegó, más de una vez, otro querido “tío”, don René Ordenes, del cual recordaré siempre su pelo ondulado y su eterna sonrisa de picaflor y chicha fresca ! Fue, para mí, la encarnación del “bon-vivant” y merece un relato por separado!
Ahora, una pregunta obligada: donde andaba doña Keka, que la veía tan re poco? Bien, la recuerdo entrando y saliendo con un cabro pintoso, alto y de ojos claros, de origen alemán, que a la tía Rochy le decía Tante, tía en alemán. Y ya que este blog es para contar la firme y ser franco, encontraba a este cabro súper simpático, pintoso y buena onda, pero mucha arena para el camión (frase usada por los brasileros, que quiere dar a entender que la pareja lo sobrepasa en algo o en todo, ya sea simpatía, belleza, inteligencia, habilidad, etc,etc,etc...) como que no daba el ancho, me entienden ustedes?
Disculpen, vuelvo al tema.
Nunca quise intervenir en la vida de Maro con mis visitas. Confieso que me sentía complicado por invadir sus espacios. Probablemente no lo hacía sentir cómodo una visita no planificada, ajena a su día a día y muy probablemente a sus intereses.
Marito Andrés le hace a la música, por lo que leo ahora. Pues bien, han de saber ustedes que una bella tarde de verano, cuando bajé del edificio viñamarino para encontrarme con Isabel, hoy mi cuñada, hermana de mi amado y admirado don Yoyo (sus tíos vivían cerca, alguien recuerda?) encontré a Maro con sus amigos, entonando una canción de los Beatles, Nowhere man, que cada vez que la escucho me trae la imagen de Maro, de camisa y chaleco, impecablemente vestido, su pelo peinadísimo ( a la gomina?), parado de pierna apoyada en un banco en donde estaban sentados sus amigos, que hacían un coro perfecto. No recuerdo otra vez a Maro cantando, ni sabía hasta ese momento que era así de afinado. Tocaba guitarra? No recuerdo. Solo sé que tenía una linda radio Zenith en su pieza, que parecía radio de campaña militar. Un sueño que hasta el día de de hoy busco en los persas…
Maro, todos te recordamos con inmenso cariño. Pienso que serías un gran colaborador del blog y que, con tu risa contagiosa y siempre a flor de labios, tendrías un montón de historias para contar. Que los tiempos de la Capitán Avalos, que la época del trabajo, que las historias de Viña, tu casamiento, tu familia que tanto amabas.
Quiero que sepas que mi padre, don Pedro Segundo Bórquez Alfaro lloró a gritos tu partida. Tan grande fue su dolor que mi madre me contó que no pudo consolarlo, llegando a la deseperación. No sé si alguien más sabe de esta historia. Mi padre lloraba a los gritos paseándose sin rumbo por el patio de su casa de la Nuevo Amanecer. Era tanto su llanto y tan altos sus gritos, que llegó el vecino Carlos a preguntar “que estaba pasando con don Pedro…”.
Un día mi padre me confesó que jamás sintió dolor tan inmenso, pues se ponía en el lugar de Rochy y Mario, personas que siempre adoró y admiró, y decía que no habría tenido temple para soportar la ida de un hijo. Y debo acotar: mi viejo era gallo duro…
Nos haces falta, Marito!
Escrito por Jaime Bórquez