jueves, 27 de octubre de 2011

Nostalgia del Otoño


Parafraseando a don Patricio Guzmán por su documental "Nostalgia de la luz" es que comienzo contándoles que a fines de agosto, en pleno Otoño y desde las propias tierras boreales, nos visitó nuestro querido don Yope, el mas decano de todos los decanos.
Después de un breve paso por Vicuña, su periplo obviamente comenzó en Laguna Verde, donde con don Mejai hicieron de las noches días. Aprovechando lo prístino de la bóveda celeste se extasiaron observando las estrellas y capeando el frío con algún líquido espirituoso supongo...

martes, 25 de octubre de 2011

Hablando sinceramente

Acabé de llegar de un viaje de trabajo, por algunas ciudades de Europa. En el avión me leí todos los diarios que me ofrecieron, Corriere della Sera, El País, El Mundo y quedé con la bala pasada de querer escribir lo que sentí sobre los acontecimientos en Libia.

Aprovecho la oportunidad para compartir con ustedes algunas imágenes del viaje, específicamente de Túnez, a la vuelta de la esquina de la sufrida Libia...

Túnez, ruinas de Cartago - Baños de Antonio

Túnez, ruinas de Cartago - Baños de Antonio

Mercado, Sidi Boud Said, mahito lindo...

Mercado, Sidi Boud Said, duble ancho mercerisao...

Túnez, cerquita de Libia

Túnez, apotincao cerquita de Libia

Me dejó muy impresionado, en varios sentidos, la muerte de Muammar Gadafi. Talvez voy a dar la lata pero quería comentarlo con quienes tienen la paciencia de leer nuestro blog, por lo menos don Topa y don Yope, antes que se me vayan las ideas sobre este tema. Y lo haré sin tapujos, sin posiciones acomodadas, escribiré lo que siento y pienso ahora, quien sabe mañana no, nunca se sabe. Allá voy.

No sé si la gente se ha puesto a pensar que hoy todo puede ser filmado, grabado, fotografiado y enviado en el acto, gracias a los celulares de última generación. Las escenas finales de vida y muerte de este perro sanguinario han sido conocidas por la humanidad por simple tecnología, y rápido pensamiento, usado por quienes lo apresaron y le dieron muerte. Lamentablemente en los tiempos de la dictadura de Pinochet no existían estos aparatitos, caso así fuese habríamos visto quien sabe cuantos abusos y atrocidades, talvez la muerte de Victor Jara, o los últimos minutos de Natino, Parada o Guerrero, o quien sabe los de Tucapel Jiménez o hasta el mismísimo Chicho Allende, llevando tiros o suicidándose. Habría ahorrado tanto dime y direte. O lo que vociferó el Mamo Contreras cuando lo fueron a arrestar a su casa, a él, la eminencia parda de la dictadura del Capitán General. Quien sabe sabríamos la verdad desnuda de como es despiadado el ser humano, mostrado en un miserable aparatito llamado inocentemente de celular.

Hoy a ONU y todos los organismos mundiales quieren "saber la verdad" de la muerte de este dictador ególatra, sanguinario, cínico, terrorista y canalla, por decir lo menos. Quieren llegar "a las últimas consecuencias", frase usada por justamente esos hijunas que nunca llegan a nada, porque nunca han querido ni siquiera partir tampoco por ser realmente honestos. La verdad es una sola, murió en su ley. No vengan ahora a querer castigar a quien le dio un buen tiro en la sien y otros en el estómago, pues hicieron oídos sordos y se vendaron los ojos durante largos 42 años en que este fulano fue el Nerón, el Calígula de Libia. Dejarlo vivo y juzgarlo por sus crímenes? Los años de condena jamás lavarían el alma de ese pueblo que vivió el miedo 24 horas durante 15.330 días. El hijo de perra todavía tuvo la desfachatez de gritar " Qué les he hecho, qué les he hecho"!!! Y como todo cobarde corrupto y rico, ofreció dinero vivo y oro para que lo soltaran. Pero los libios no estaban a tras de dinero ni riquezas, querían lavar el alma, hacer justicia por su propia mano, como muchos de nosotros, chilenos, hubiésemos querido hacer con Pinochet y toda su leva de perros asesinos.

Los organismos, y países, que hoy quieren "saber la verdad" fueron los que mantuvieron a ese bastardo dictando vida y muerte en Libia. Y aunque reconoció su participación en cientos de ataques terroristas, el más conocido fue el del Pan Am que explotó en el aire y cayó en Lockerbie, Inglaterra. Le daban la mano y palmaditas en la espalda (incluyendo Tony Blair, ex-primer ministro inglés...), porque este fulano abría o cerraba las llaves del petróleo y enriquecía a una serie de políticos y empresarios de alto escalón (posiblemente hasta presidentes, quién dice...). Es bueno recordar a Sadam Hussein, que fue cínicamente ajusticiado por los mismos que le avivaron la cueca durante años, USA y varios otros países europeos, los mismos que participaron de las operaciones de la OTAN y la ONU en Libia ahora. Mucha coincidencia...

Lo siento pero me alegré ver un dictador muerto en su ley. No se si alegría sea la palabra correcta. Posiblemente el sentimiento más cercano es alivio o satisfacción al ver que, algún día en mis años de vida, un dictador cayó en manos de personas que él mismo llenó de odio. Tomó de su propia medicina. Y digo en mis años de vida porque, días antes de que Gadafi fuese muerto, estuve en Milán, donde un día el dictador fascista Benito Mussolini, il Duce, fue muerto y colgado en un poste, para escarnio popular (lo apedrearon hasta dejarlo irreconocible...) del mismo modo que él lo había hecho dos semanas atrás con algunos italianos de la Resistencia. Esa historia la oí primero de mi padre, luego ví documentales del Duce colgando y, sabiendo lo que había hecho con gente de su pueblo, sin contar que ayudaba a Hitler, sentí también algo de alivio por ver un canalla al que le apagaron de un golpe su sonrisa cínica y le despojaron de todo su poder.

La muerte de Pinochet, así como un vulgar viejecito enfermito, pobrecito, arrastrando sus patitas y libre de todo pecado, no me alivió de la amargura por todo lo que hizo sufrir a la mitad del país (el otro 50% vota en la derecha, por lo tanto todo indica que fueron felices con el Capitán General...). Talvez por eso ver que a este Gadafi sí le pasaron la cuenta en vivo y directo, lavó un poco mi alma que gusta de justicia. Y no hablo de la justicia del hombre, que siempre puede hacer su arreglín con algunos jueces, otros que bien bailan al ritmo de la cumbia que brinda el poder. Hablo de esa justicia que debería ser divina, si realmente ese poderoso Dios existiese: hizo mal, recibe castigo inmediato. Ojo por ojo, diente por diente y al que hierro mata, a hierro muere. Y ya no me trago ese discurso del Libre Albedrío, lo siento, tengo ataques de agnóstico cada día más frecuentemente.

La Humanidad seria muy diferente si ese Dios realmente ejecutase sus leyes. Pero solo dejó escrito lo que no se debe hacer, no lo que se tiene que hacer cuando alguien no respeta sus leyes. De ahí deduzco que simplemente Dios no existe, porque si existiese, alguien como Él, perfecto en todo, no haría trabajo tan fulero e irresponsable, de maestro chasquilla, por la mitad, dejándole al ser humano la responsabilidad de su justicia. Su sabiduría, con este error, va por el suelo al tiro. Cualquier sabio o adivino de circo sabría, de antemano, que el ser humano no es capaz de ser justo a la perfección, sus sentimientos lo traicionan, o su religión, o su secta, o su pasado, o sus traumas... Y fue justamente por causa de esta fragilidad humana que don Muammar Gadafi pagó el pato.

Jaime Bórquez Acuña

martes, 4 de octubre de 2011

El baliao Llon Güein

Los augurios comenzaron el día previo a la biopsia.
Como es la costumbre dominical nos encaminábamos a la casa de mi suegra cuando al llegar una paloma me disparó sus deposiciones en plena mollera. Aparte de las risas que produjo tal bombardeo, varios se apresuraron en hacerme presente que dicho acontecimiento era un signo de buena suerte, a lo que asentí resignado sin saber lo que se avecinaba.
Esa misma noche siguiendo las instrucciones previas a la biopsia, ingerí el antibiótico correspondiente y me autoinferí dos disparos de glicerina, algo así como esas cosas llamadas calitas y que administrábamos a nuestros niños cuando "no les corría el cuerpo"
El día señalado partí bañadito, perfumado y hasta con unos boxer nuevecitos que esperaban en el closet para una ocasión que lo ameritase, no fuera a pasar verguenza con los regalones, esos medio gastados pero querendones.
El bus que me transportaba iba raudo hacia mi destino cuando me percato de otro presagio, allí antes de bajar unos escalones hay un letrero que avisa CUIDADO CON EL PELDAÑO, al cual los graciosos de siempre han raspado borrando algunas letras y quedando CUIDA EL ANO.

Un poco preocupado llego donde el doctor que me va hacer el examen y una vez cumplidos los saludos de rigor me indican que me acueste en la camilla para realizar el procedimiento mientras veo con cierta resignación que tengo a dos damiselas de público, supongo alumnas en práctica que verán y aprenderán de todo el proceso. Me siento entre que estoy colaborando con el desarrollo de la ciencia y un poco como cobaya.
La cosa comienza cuando una pequeña cámara invade mis intimidades buscando llegar allí donde se supone puede haber algún problema y enseguida de esa prospección ingresa el adminículo que pondrá insensible la zona y cuando ya anestesiado pienso que la faena ha concluido, el doctor Chacón me espeta ... ya! ahora vamos a sacar las muestras de tejido !


Y allí Llon Güain recibe doce disparos sin poderse defender. La andanada la recibo estoicamente aunque me parece interminable, y suspiro aliviado cuando el dueño de la artillería dice... bien ! es todo por ahora y me quedo allí tirado con doce impactos en mi humanidad.
Pasado un momento debo incorporarme y luego de recibir por parte de la enfermera las instrucciones post ataque armado me recoge mi doña para llevarme a mi humilde hogar donde reposará el guerrero.
Y he aquí que comienza la debacle, las doce heridas sangran profusamente y chorros del preciado líquido vital se pierden en las tuberías que atraviesan las entrañas de la metrópoli. No hay forma de detener su flujo incesante, la preocupación inunda mi ser y también el de los que me rodean. Hay que partir prontamente a Urgencias, donde después de un chequeo previo me derivan en ambulancia a un centro asistencial. Ya me he desmayado dos veces por la pérdida de sangre y llego lívido pero sin perder la conciencia a urgencias donde me trasladan en camilla a un box. Allí quedo medio alelado mirando el cielo con ese paisaje monótono y frío que entregan aquellos fluorescentes tan acogedores. El internista ordena poner suero y comienzan los chequeos de los signos vitales junto a exámenes varios mientras estirado en el camastro veo el ir y venir de enfermeras y doctores. Intento aguzar el oído para tratar de escuchar sus conversaciones y saber si hay alguna noticia sobre mi estado. Las horas pasan y cada vez que una cabeza se asoma en mi box pienso que la larga espera ha terminado. Finalmente y ya estabilizado y cuando es pasado la una de la madrugada el doctor firma el alta y puedo volver junto a la familia que aguarda espectante en la sala de espera.
El show ha terminado, aunque todavía tengo las pate' lana y me siento debilucho, estoy con reposo absoluto si es que cabe cumplir una cosa así. Por ahora mi condición es en posición horizontal con lectura, internet y videos. Sin embargo aunque sé que no voy a durar mucho en cama aprovecho el tiempo para escribir y para relatarles esta nueva experiencia médica que me ha tocado vivir.