martes, 12 de mayo de 2009

Mi compadre Pedro

De toda mi querida familia Encina hay una persona que me marcó muy dentro del alma y tengo el placer de tenerlo como amigo y compadre: Pedro Emilio Encina Álvarez, alias El Pelao. Cuando chico era el Pelaíto, y vaya a saber por qué razón, pelo tenía… También tenía pelo, y harto, Eliana Encina, y le decían la Pelaíta... misterios y curiosidades papudanas.

Considero al Pelao mi hermano. Siempre lo he sentido mi hermano, desde la primera vez que nos debemos haber visto, con pantalones cortos y un jockey, cuando mi padre me llevó de la mano desde la estación de tren de Papudo hasta la casa de la familia Encina Álvarez. Ahí estaban los dos cabros chicos, casi de la misma edad, listos para iniciar el camino por la vida, por las quebradas y cerros, por las noches estrelladas, por los inviernos crudos, durmiendo en la misma pieza y más de alguna vez en la misma cama. Ahí estábamos, uno frente al otro para después quedar hombro con hombro, caminando juntos de corazón, en la misma dirección de la paz y alegría de compartir la vida , hasta el día de hoy y para siempre.

Jaime, la Vivi y el Pelao

Posiblemente no sabe ni se imagina, pero he aprendido en todos estos años muchas cosas de él. Y las he tratado siempre de imitar. Desde disparar piedras con la honda hasta la nobleza para con su familia, su rectitud, su honradez, su sensibilidad y sentimiento altamente cristiano, por encima de la religión que pueda profesar. El Pelao me enseñó a no sentir rencor, aunque sufriera violencia física o agresiones de otra gente. Me enseñó que la generosidad es energía divina y que todo lo que se puede compartir tiene el gusto dulce del desprendimiento material. Donde cabe uno, caben dos, de una mesa que comen tres, también comen cuatro. Y claro, él creció donde comian 13 hijos, más una montaña de “allegados y paracaidistas” inocentes e inconscientes, como yo…

Me enseñó con su ejemplo a ver la naturaleza con alegría, aunque estuviese lloviendo a chorros. Me mostró como se puede ser simple y profundo al mismo tiempo, con sus palabras mansas cubiertas de razones humanas, prescindiendo de fórmulas, libros o ecuaciones. Experiencia empírica de vivir, simplemente.

Con el Pelao lo pasamos chancho cuando chicos y hasta bien grandecitos, pese a nuestros limites económicos, que bordeaban la pobreza franciscana. Pero la horcaja de la honda, los elásticos de neumático y los huevillos de piedra eran gratis, lo mismo el pedazo de tabla para deslizarse encima de las plumillas de pino en la cancha del 8, los paseos en la carretilla, los porrazos jugando en las lianas, los frutos del boldo, los cóguiles, las pencas, el agua de los arroyos, los paseos por la terraza, las idas a la gruta, las puestas de sol en Pite, los atados de leña, las pelotas de golf perdidas, las noches estrelladas, el juego de las escondidas, la complicidad en las bromas y los amores imposibles de la niñez. Gratis, toda esa felicidad inmensa sin gastar un solo centavo. Aprendí con él que las cosas que más valor tienen hoy en mi vida no se compran ni con todo el dinero del mundo.
Hoy sé claramente que Papudo no es importante como destino, lo importante de verdad es reencontrar a mis amigos y estar en casa del Pelao, conversando de lo humano y lo divino, sentirme en familia y siempre bien acogido por Luisa, Pedro y todos sus hijos. Y tengo siempre nostalgias de esto, que es tan mío al punto de ser casi imposible de explicar.

Compadrito, ya le voy a llegar por su casa, para que nos riamos de las mismas historias, compartamos el pan y el vino, nuestra comunión personal de todos estos años. Necesito seguir aprendiendo de usted, necesito recordar todo lo que vivimos juntos, una y otra vez, auque los oyentes diga “pucha, van a contar de nuevo la misma cosa!”. Espérese, no más….

(continuará, como dijo don Yope)

9 comentarios:

Loly dijo...

Que gustazo ver al Pelao, hace siglos que no lo veia, lo encontre super parecido al Tata Miguel.
Un abrazo cariñoso para el y todos los Encina ,tengo solo buenos recuerdos de esa hermosa familia.
Gracias Jaime por compartir esos bellos recuerdos con nosotros.

Don Pato dijo...

Después de releer las cosas hermosas y profundas que ha escrito Jaime sobre su "cumpa" Pedro, me asombro cada vez más de la complejidad de cada uno de nosotros, de lo poco que sabemos y felizmente de lo mucho que nos queda por conocer. A estas alturas de mi vida recién vengo saber de la real magnitud de la comunión entre Jaime y Pedro !!! y eso que a don Mejai lo vengo conociendo desde hace harto tiempo !!!
Me gustó saber de ésto y me emociona saber que una amistad infantil se prolongue hasta la adultez con tanto sentimiento.

Gracias "mi vieja" (así le digo yo) por tu testimonio.

Jaime Bórquez dijo...

Siento harto no estar viendo por aqui algun comentario de mi familia papudana, que sera lo que paso? Se olvidaron que por esta ventana uno a veces ve pasar gente que quiere y que recuerda con tanto carino? En fin, puede ser que las noticias demoren en llegar por alla, como en los tiempos en que se viajaba de tren.
Vamos a seguir esperando algunas lineas de esos lados...

Anónimo dijo...

ya sin llorar!!!!!!!! aqui esta el cometario que pides, lo que pasa es que soy un poco floja para conectarme pero ya lo vide esplendido como siempre la foto un recuerdo precioso tan lindos! porque eran bonitos los cabros ah! tu cumpipa esta bien y como yo no soy muy ducha en el cuento de la compu voy a tratar de enviarle todo el cuento para que se solace de su cumpipa lindos recuerdos saludos a todos quienes participan de esto tan entrañable .... yo ña erna

Don Pato dijo...

Ufa !!!
Apareció una de las niñas Encina !!!
Nada menos que doña Erna !!!
Que bueno que te decidiste a comentar.
Cariños para tí

Kena Encina dijo...

Que hermosas palabras han editado sobre mi hermano Pelaito, me impresiona la inocencia de la infancia y de los recuerdos plasmados, son el fiel reflejo de Pedro hoy y del legado de mis padres que aún perduran, "de ser buenos cristianos y tratarnos con amor fraternal".
Un saludo cariñoso
Kena Encina

yo dijo...

¡¡¡¡ultima hora tu compipa se apresta a comunicar su impresion!!!!
HOLA COMPADRE HOY ESTOY LEYENDO TU RESEÑA Y SENTI UNA EMOCION INMENSA AL SABER QUE AUN RECUERDAS LOS MARAVILLOSOS MOMENTOS QUE DISFRUTAMONS EN NUESTRA NIÑEZ COMPADRE DONDE QUIERAS QUE ESTES RECIBE DE MI PARTE Y MI FAMILIA UN ABRAZO GRANDE PORQUE SIEMPRE ESTAMOS PREOCUPADOS DE TI HOY TE DARÉ MI E-MAIL pedro.encina.a.@gmail.com,PARA QUE MANTENGAMOS ESTA COMUNICACION PERMANENTE

TE SALUDO MUY AFECTUOSAMENTE



PEDRO ENCINA A.

Jaime Bórquez dijo...

Compadrito, usted jamas inmaginará lo feliz que me hace que haya sabido de mis palabras! Déjeme recuperar mi aliento emocionado, que le tengo retantazo que contar...

Un abrazo apretado hasta el alma...

Su compadre Jaime

Don Peyo dijo...

Faltaba que metiera mi cuchara, pues también tendría mucho que contar de mi querido amigo, verdadero hermano diría yo, mi tocayo y compañero de muchas aventuras por los cerros, quebradas, playas y roqueríos de Papudo.
Pero por ahora solo comentaré que cuando yo llegaba desde Santiago cargando solo mis maletas, porque en cuanto me empezaron a dar permiso para viajar por mi cuenta me arrancaba a Papudo como fuera, era uno de los más contentos en recibirme. Recuerdo que aun no habría las maletas y él me preguntaba: ¿Y cuándo te vay, Pello? . Los demás se reían y comentaban: '' Chis, recién viene llegando y ya lo estay echando'', Pero yo sabía que lo que él deseaba era que me quedara harto tiempo para salir conmigo a patiperrear, sacar fotos, cazar pájaros, ir a los cóguiles, columpiarnos en las lianas y todas esas maravillosas jugarretas, mientras conversábamos de lo humano y lo divino a pesar nuestra corta edad, porque él era un niño y yo a penas un adolescente con una pizca más de experiencia en la vida. Él quería aprenderlo todo y cuando empecé a interesarme en la astronomía me hacía pregunta sobre pregunta, lo mismo sobre otros temas que yo hubiese leído o aprendido en la escuela.
Lindos recuerdos que nos enriquecieron el alma y nos permitieros apreciar lo mejor de la vida desde nuestra infancia.
Un tremendo abrazo para ti, ''Pelao'' y que todos los que te rodean puedan apreciar tu gran calidad humana y gozar de tu compañía.