En los faldeos de Peñalolén fue la cita cumbre después de aproximadamente cincuenta años y talvez más. El "castillo" de don Mejai nos acogió junto a nuestras distinguidas patronas para recibir a la visita de honor, nuestra prima "doña Pamela" de ahora en adelante. Una mujer distinguida como su madre, de trato suave pero con sus ideas y convicciones muy claras, con una simpatía a flor de piel y de risa fácil. Realmente quedamos encantados con su presencia y nos congratulamos de haber "encontrado" esta prima nuevamente.
Ella se encargó de interrogarnos para ponerse al día de que había sido de la familia por parte nuestra. Nos contó de la tía Tita, su madre, de la Maru, de Alex, el Alelito, de su hermano Rodrigo, de dos hermanas de las cuales no teníamos noticias las cuales fueron adoptadas por la tía Tita Gómez. También nos contó de su actividad profesional, donde trabaja en una consulta como pediatra y también en el área homeopática complementando ésto con reiki y flores de bach. Una profesional completa y feliz de trabajar en un comuna popular como es Maipú.
Seguramente hay conversaciones y temas que se me escapan pero de a poco saldrán a la luz en los comentarios como podrían ser los recuerdos que hicimos del tío Sergio y la época de El Nacional.
En pleno chicharreo con don Mejai y doña Flor, antes de pasar a la mesa para tomar onces, donde la anfitriona, la Pola, nos agasajó con un esquisito pie de limón, unas pastas especiales para el pan y una mermelada de naranjas. Previo a este condumio hicimos un brindis con Late Harvest como bienvenida a nuestra prima.
Doña Pamela y don Topa
Don Mejai y doña Pamela
Los tres mopris
Con las jefas
Y otra más con las patronas