martes, 7 de octubre de 2008

De zambas, tonadas y milongas.


"Con permiso voy a dentrar aunque no soy convidao, pero en mi pago un asao no es de naiden y es de todos; voy a cantar a mi modo después que haiga churrasqueao".

Así comienza "El Payador Perseguido" (estilo de milonga) de Atahualpa Yupanqui. Empiezo así porque lo que quiero expresar aquí es lo que sentí siendo chico, especialmente cuando salía a la cola de mi taita, el compadre Lucho Vicencio y don Miguel Encina a recorrer cerros comiendo en paila común, sopeando el pan en la misma ensalada de tomates, recibiendo el pedazo de asado del mismo cuchillo que los viejos o compartiendo el té de cualquiera de los choqueros, el que estuviera listo.


Y don Atahualpa sigue:

"Tal vez si algunos dirán que peco de atrevimiento si largo mi pensamiento pal rumbo que ya elegí, pero siempre he sido así, galopeador contra el viento". Porfiado, dirán algunos, pero "esto lo llevo en la sangre donde mi tatarabuelo; gente de pata en el suelo fueron mis antepasados, criollos de varias provincias y (tal vez) con indios mixturaos".

En las letras de ciertas canciones me he encontrado con frases que llegan hasta el fondo de mis sentimientos y que cuando las canto tengo que resistir para que no se me quiebre la voz con la emoción. Por ejemplo: "Mama Vieja", zamba interpretada por Los Chalchaleros, cuando dice: "...Se quedo sola en la puerta del rancho diciendo adiós con la mano". Entonces veo de nuevo a mi viejita cuando nos subimos a la micro el día de nuestra partida al exilio, y ella se quedó sola en esa calle polvorienta de la Nuevo Amanecer haciendo aquel gesto descrito en la canción...
Yo sé que contando esto le doy un toque de dramatismo al blog, pero con ello me permito expresar sentimientos profundos que llevo adentro y que me identifican como persona, como hijo y expatriado.

En otras canciones encuentro escenas y momentos alegres, como en "Parabienes al Revés" de Violeta Parra. En un par de ocasiones tuve la suerte de asistir a una fiesta típicamente campesina, un matrimonio para mí inolvidable. Los invitados de punta en blanco, las damas "emperifolladas", hasta los cabros chicos peinaditos y con zapatos lustrados. Unos llegaron en un auto, eran como siete personas apretadas como sardinas, otros a pie, uno a caballo y un lote en una carretela, aunque no venía "enflorá", estaba limpiecita, creo que recién pintada. Salió toda la gente de la capilla... Y "al doblar una quebrá se perdió la comitiva" rumbo a la casa de la fiestaza. La celebración duró tres días seguidos con sus noches bien animadas; y no duró más porque nadie fue capaz de seguir comiendo, tomando y durmiendo donde cayera.
Cuando trabajé como profesor en Perquilauquén y cuando participé en los trabajos voluntarios en 1971 y 72 en los alrededores de Yungay, cerca del Laja, vi a varios Luchín, ese que describe Víctor Jara; jugando con una pelota de trapo "...Con el potito embarrado"..."Y el caballo lo miraba"... Yo también lo miraba con compasión e impotencia, pero sobre todo, con cariño.

Con "Paisajes de Catamarca" me imagino a mi viejo con su guitarra en el Papudo de antaño, cantando a la luz de la luna, de una vela o de una lámpara a carburo, rodeado de toditos los Encina escuchándolo en silencio o tratando de seguirlo cuando conocían la canción. En aquel Papudo mis ojos se deleitaban con los "mil tonos de verde", allá existía el "camino largo que baja y se pierde", y "el ranchito sombreao de higuera"; y se oía el " chalchalero (un zorzal, una diuquita o una tenca) que ensaya su canto".

"A la ronda, ronda, que nació mi niña" canta Charo Jofré. Es como si la hubiese interpretado por mis hijas. Al escucharla hoy, después de bastantes años, veo desfilar una serie de imágenes y escenas vividas del desarrollo de cada una y siento que los años pasaron, pero me dejaron el sabor impagable de momentos inmensamente felices. Con mis hijos hombres también tuve la suerte de tener experiencias ricas desde el punto de vista afectivo. Y cuando Piero canta "Mi querido viejo" me veo en un doble rol, el de padre y de hijo. Yo también voy poco a poco caminando más lento "Como perdonando el tiempo" mientras se aparece en mi imaginación mi taita a mi lado yendo a la botillería del Juanito, cuando volví a Chile después de 17 años de lejanía.




La Infancia

Es posible de que esté hablando de temas musicales no conocidos de todos, sin embargo insisto en ello porque para mí la poesía y la música tienen un significado muy especial. Existe una obra que cuando la escucho o interpreto ciertas partes, el pecho se me llena de emociones evocadoras, algunas alegres otras tristes, me refiero a "Canto Para Una Semilla", cantata popular con música de Luis Advis y letra extraída de "Décimas", especie de poema autobiográfico de Violeta Parra. En la segunda canción, "La Infancia", enumera cada cosa que va descubriendo en su niñez. Como yo cuando iba creciendo y descubriendo el mundo. En la tercera, "El Amor", revivo la desolación de mis desengaños amorosos. En la penúltima, "La Muerte", revivo los sentimientos de la víspera de mi partida al exilio.
Pero felizmente a veces aún "vuelvo a los diecisiete, después de vivir un siglo" y de lo más profundo de mi alma doy "gracias a la vida que me ha dado tanto".

Paro aquí aunque el tema es casi inagotable.
Si alguien quiere seguir esta onda sería interesante, para saber lo que otros sienten con la música y las canciones.

Escrito por don Yope

11 comentarios:

Jaime Bórquez dijo...

Pido permiso al dentrar...porque soy el primero esta vez a comentarle las cuitas a don Yope. Y les digo que estas lineas me calan profundo. Viví varias cosas similares, la infancia en Papudo con mi viejo en la guitarra nochera, las salidas con don Lucho Vicencio, don Miga y todos los otros, cuchareando las ensaladas comunes, la choca, el pajarito o el conejo asado al palo.
Y cuando habla de la salida al exilio, bien, explico que el mío fue voluntario pero no menos doloroso en las nostalgias. Pero despues de un tiempo me tuve que hacer cargo de mi viejo, que se fue a Buenos Aires porque aqui en Chile no estaban buenos los aires...Y digo hacerme cargo no en la parte economica, y sí en la dura sentimental, de la lejania de casi toda su familia, ese casi era yo, no más...
Don Yope, sus lineas me inspiran, me traen recuerdos que hay que contar. Voy a preparar algo, leyendo su texto saldrán más textos. Un clavo saca el otro, dicen...
Lindos recuerdos, de verdad. Sabe que como hace 54 años me gusta ser hermano suyo????

Anónimo dijo...

Mi hermano querido, dame mas tiempo para leer completo tu relato porque mis años me han puesto demasiado sensible, aparte que mi mente tiene cosas que inconscientemente ha borrado y que aparecen poco a poco.No pienses que sea muy dramatico, para mi es muy sanador.Te quiero mucho.

Don Peyo dijo...

Un siete para el Mopri por sus ilustraciones. Le realzó la categoría a mi colaboración.
A veces me gusta divagar en esos temas sentmentales. No es sensiblería, lo que pasa es que me emociono con la belleza, la bondad y las mustras de afecto. Cada vez que escribo quiero reflejar el cariño que siento por parientes y amigos, tratando de agradarles haciendo recuerdos, contando anécdotas o comentando las otras intervenciones en este Super Blog. Al mismo tiempo deseo estimular a quienes colaboren con artículos o comentarios e incitar a quienes aun no han participado.
Un gran abrazo para todos.

Anónimo dijo...

Querido Peyo....!!GRACIAS¡¡
Son tantos los recuerdos que, aunque en otra época, hacen revivir esos momentos al rededor de un vino navegado con la guitarra en la mano cantando todos esos temas que mencionas.
Letras tan sencillas y tan profundas como el sentir de nuestra gente...
Un abrazo gigante...

Anónimo dijo...

Ahora pude leer todo y me hace mucho sentido cada cancion o verso mencionado.Me imagino el dolor de mi mami viendolos alejarse ahora que soy madre con mayor razon.Siento la emocion de oir a Los Chalchaleros y recordar tanto a mi papa como a Pello tocando esas cancione inolvidables; pero hay una melodia que no es folclorica pero que aun no puedo escuchar sin que se me apriete el corazon y es el Tema de Lara de la pelicula dr Zhivago, sonaba en el aeropuerto cuando los fui a dejar.Verlos desaparecer por un pasillo, uds tan jovenes y los niños tan pequeñitos irse tan lejos.Yo no paraba de llorar y un amigo de Pello, no recuerdo su nombre me consolaba temiendo que me desmayara ¿no habra ido el Yoyo a acompañarme?
Perdonen la cebolla pero como ya dije :los viejos se ponen sensibles.

Anónimo dijo...

Ayer había escrito una larga reflexión a partir del aporte de Pedro y algo sucedió... que no fue enviada...
Veré si me resulta ahora ...
mi comentario decía más o menos así
creo y siento que la música tiene un valor muy especial para nuestra generación o al menos para gran parte de ella...
La música atravesó todas nuestras vivencias , alegrías ,penas , protestas,dolores , esperanzas...
Por mucho tiempo nos animó , consoló , divirtió y también nos unió...
Le comentaba a Pedro que entendía muy bien lo que significaba la música para él.
Anoche cuando escribía mucho mejor que hoy , me llegó a dar nostalgía de estar en un guitarreo con gente querida...
Un abrazo para todos ustedes

Anónimo dijo...

Les cuento que la Marce es la cantante de la familia y además toca la guitarra re´bien ... además pinta hermosamente...
En fin es una artista integral ...
para que vayan sabiendo , a quien pasar la guitarra cuando llegue el día que podamos encontrarnos...
otra vez un saludo grandote para todos...

Don Peyo dijo...

Hermanita linda. Yo sé de todo ese sufrimiento que vivimos en esa época horrible de nuestra historia, nuestra familia fue una más de las miles de familias brutalmente trizadas por la llegada de esa dictadura que hoy muy pocos aun se empeñan en defender. Sin querer entrar en polémicas políticas estériles solo diré que no existe ningún motivo ni ninguna razón que justifique el sufrimiento muchas veces extremo, de tantos y tantos seres humanos.
Cuando mi viejo tuvo que emigrar completamente arruinado a Argentina y luego a Paraguay nadie me vio llorar, pero hoy no tengo por qué avergozarme de confesar que pasé la noche entera antes de su partida, llorando de impotencia bajo las sábanas frente a esa situación tan injusta.
Hoy aun se me pone un nudo en la garganta recordando esos momentos.
La dictadura me usurpó la cercanía y la presencia de mis amados viejitos. Les dediqué una canción que pienso algún día incluir en este blog, ellos la escucharon porque se las mandé en un caset. No hablo del drama de vivido, sino simplemente del significado de ellos en mi vida. Una vez la canté en una reunión de amigos exiliados y al final se me acercó una chilena que canta muy lindo con los ojos llenos de lágrimas diciéndome: ''tu canción me evocó mis padres que amo tanto y no puedo ver por culpa de la tiranía''. Y en realidad nunca más los pudo ver porque fallecieron al poco tiempo; quizás la pena les degastó más rapidamente sus vidas.
Me sentí a la vez tremendamente solidario y algo orgulloso de poder expresar lo que otros también sentían. Esa es la fuerza de las canciones con contenido profundo y sincero. Como dice Atahualpa Yupanqui: lo difícil es cantar con sentido, de lo contrario siempre caza palomitas cualquiera que anda cazando.

Unknown dijo...

Mi querido Pello, una vez más me he emocionado hasta las lágrimas con tus relatos, las letras de esas canciones llegan a lo más profundo en nuestros corazones, quizás porque fueron importantes en momentos muy especiales de nuestras vidas, es que se han vuelto inolvidables, Con mucho sentimiento recuerdo haberte escuchado cantar Gracias a la Vida y Volver a los 17, en casa de mi querida tía Anita, en Montreal, familia por parte de mi mamá, que también sufrió experiencias dolorosas a partir del 11 de septiembre de 1973. A pesar de lo vivido, me permito pedirte que te quedes con lo bueno que puedas rescatar desde ese entonces. Y como dice la canción El tiempo pasa..., con los años tenemos la sensibilidad a flor de piel. Recibe a la distancia un gran abrazo con mucho cariño, Keka.

Anónimo dijo...

Pedro , creo que si te has quedado con lo bueno de tu vida , de lo contrario no crearías con tanto ahínco , tampoco estarías formando personas en tan hermosa disciplina como es la música y tampoco mantendrías tan hermosos recuerdos de tus padres ,abuelos , tíos etc.
Sinceramente considero que triunfó

la Esperanza sobre a prepotencia...
Creatividad sobre la mezquindad...
Solidaridad sobre la crueldad ... el Cariño sobre la lejanía...

Verdad que "forjados" en los malos tiempos ,cada uno de nosotros trata de CONSTRUIR y APORTAR sea cual sea el lugar donde estemos...

Creo que esto ,se lo debemos en gran parte a los profundos valores que nos inculcaron nuestros padres
UN PROFUNDO Y EMOCIONADO RECUERDO PARA CADA UNO DE ELLOS ...
los que están y los que partieron.

un apretado abrazo para cada primo , prima y hermanos que leen este blog.

Anónimo dijo...

Si mi querido primo me lo permite quiero incluir en estos recuerdos un abrazo grande y muy sincero a la familia de Flor (esposa de Jorge Patricio)que siempre tengo presente cuando se toca este tema,por su fortaleza y union. Espero no pase esta generacion sin que sepan con certeza que paso con uno de los hermanos que dejaron de ver un dia y aun no tienen una respuesta a tan inhumana y cruel desaparicion.