
Como bien recordó mi hermano Pedro, mi querido doctor me vió ya pailoncito, y claro que me recuerdo de la frase que exclamó al verme: "Y pensar que yo a este cabro lo vi a poto pelado!". No fueron pocas las veces que mi madre recordó de esa frase.
Me gustaría que mi querido doctor supiera que estoy ya con 56 años, no sufrí grandes enfermedades, solo me operaron de vesícula y sufro de diverticulos, como casi todos los de mi familia, mi madre los sufria y también mis dos hermanos. Pero yo me saqué el premiado, ya que no tengo dos o tres y sí el colon "finamente decorado" con decenas de ellos, por lo que me tengo que cuidar muchísimo de no "molestarlos", porque su reacción es bien poco "divertía""...
Me gustaría que supiera que ese paciente que vio a poto pelado, es un hombre feliz, que trabaja en lo que desde chico soñaba con hacer, que era viajar por el mundo, escribiendo sobre turismo internacional. Ese cabro chico que se arrancaba a Los Cerrillos desde que se pudo subir a una micro, a soñar con visitar lugares distantes y paisajes maravillosos.
Escrito por Jaime Bórquez