lunes, 13 de diciembre de 2010

Un viaje sentimental

En esta imagen podemos apreciar el edificio que se utilizó para la portada del disco de Ringo Starr, llamado "Sentimental Journey", Viaje sentimental y que le da el título a este relato. La imagen que vemos a la derecha corresponde al edificio como se ve actualmente, fotografía tomada por el mismísimo don Mejai (Nota del editor)

Muchos de ustedes saben de mi gusto y admiración por la obra musical de The Beatles. No fue desde sus comienzos, ya que cuando lanzaron Love me do, en 1962, tenía 8 años y escuchaba a Los Ramblers y el tema del Mundial, en el programa Discomanía de la radio Minería, que ponía mi hermanita querida. Vivíamos en Ruiz Tagle 157, en ese entonces. Pienso que comencé a gustar del grupo en 1965, cuando escuché el LP Help que compró Anamaria y luego el film homónimo, el cual tengo casi certeza que vi con la Any también. De ahí en adelante nunca más paré de escuchar su música y sacar en guitarra sus temas, que después cantaba, y canto, en reuniones de amigos, fogatas de verano e inclusive solo, en alguna de las casas donde me encuentre, sea en São Paulo o Santiago, donde siempre tengo una guitarra lista para acompañarme en momentos de soledad....

Mi hermana compró varios LPs de The Beatles, los que luego yo ponía en el tocadiscos de su pieza, tanto en el departamento duplex en que vivimos en el barrio Catedral, como después en la Villa Frei. Tenía un tocadiscos que estaba conectado a una radio National Panasonic. Hace poco don Topa me ayudó a hacerme de una radio igualita, una preciosidad encontrada en uno de los persas de Peñalolén. Un chiche que me trae tantos buenos recuerdos. Hay una foto de don Rorro bien chiquito, escuchando música con unos audífonos gigantes, al lado del tocadiscos y de la radio Panasonic. Pienso que allí también comenzó el gusto de don Rorro por la música, escuchando Beatles en el departamento que los Osorio Bórquez vivían, en la calle Roberto Pretot. Varias veces escuchamos juntos los LPs de los Fab4 en ese departamento. Recuerdo haber visitado mucho a Any y a Yoyito allí, inclusive me quedaba a dormir y estaba ahí el día del Tacnazo, un 21 de octubre de 1969. Lo recuerdo claramente porque salí del departamento de Any para Amunátegui 73, lugar en que funcionaba el departamento de extensión universitaria de la U de Chile, donde yo tenía clases de cine y cámara. Saqué una Bolex Paillard de 16 mm y filmé tanques en la Alameda y algunas escaramuzas, material que entregué en la escuela y nunca más supe de el. Pero esa es otra historia.

Viajar a Inglaterra fue siempre un sueño para mí, por supuesto por influencia de The Beatles. Un sueño, claro, porque me era imposible hacerlo pues no tenía la mínima condición económica de hacerlo. La vida ha sido buena conmigo, y en inicio de los 80, el suplemento de turismo de O Estado de São Paulo, para el cual trabajaba, me envió a reportear Londres. Lo que más recuerdo de ese viaje es cuando fui, mapa en mano, caminando hasta Abbey Road e hice que un turista me sacara la típica foto cruzando la calle, como en la carátula de ese disco. Hasta el día de hoy no se que pasó con esas fotos, solo me resta pensar que perdí el rollo en algún momento de abrir la maleta y sacar alguna pilcha. Y tenía que ser justo ese rollo! Me quedó solo el grato recuerdo de haber estado en la puerta de los estudios que la Emi Odeon tenía en la calle Abbey Road y cruzado la calle. Hoy se mantiene el nombre en la puerta pero no es más un estudio.

Pero ya dije, la vida ha sido buena conmigo. Vengo llegando de un viaje por varias ciudades del Reino Unido, que incluyó Londres y, por fin, Liverpool!!! Me di el placer casi infantil de recorrer todo cuanto pude encontrar que tuviese reminiscencias beatlemaníacas.

Fui a Abbey Road dos veces, me hice fotografiar y filmar cruzando la calle (para asegurarme de esta vez no perder el recuerdo gráfico).
Estuve frente a la casa de Paul, tanto en la de Londres, la que aún acostumbra habitar, y que está a pocas cuadras de Abbey Road, como en la de Liverpool, donde creció y donde se juntaba con John para tocar y componer.

Fui también a la casa que vivió John y Yoko, en la cual se fotografiaron desnudos para un LP bodrio llamado Two Virgins, cercano al cinematográfico barrio de Nothing Hills.


En Liverpool tuve la suerte enorme de tener un guía de lujo, Tim Hemmings, que no solo sabe todo sobre los Fab4 como tuvo un tío que vivió en la casa de Lennon del cual ganó el numero original que tenía la casa, el 251 de Menlove Avenue, que guarda como un tesoro.

Y como si eso fuese poco, sus padres tienen una bella casa victoriana al lado del parque de Strawberry Field. Estacionamos la van en el amplio ante jardín de la casa y fuimos al portón del inmortalizado parque con todo el tiempo del mundo... No tuve que ponerme a la fila de los grupos que peregrinan hasta el lugar ni salir corriendo y entrar idem al bus que da dos minutos para bajar (la calle es muy angosta y no se puede parar más allá de unos minutos en ese lugar).


Me di dos paseos beatle, uno con Tim y otro en el Magical Mistery Tour (recontra turistico...)

Fui a la casa donde creció George Harrison y a la calle donde vivió Ringo, cuadra que esta abandonada.

Cuadra donde vivió Ringo

El municipio quería demoler pero hay un grupo de ciudadanos que quieren preservar toda la calle justamente por haber crecido en ella el baterista de The Beatles. Y no hay que olvidarse, es un Sir...

Caminé por Penny Lane escuchando la música, me detuve en el cementerio que inspiró la canción Eleanor Rigby, queda al lado del colegio donde estudiaron Paul y John. Como Liverpool es capital de la beatlemania, fui a dos exposiciones y un museo dedicado a ellos.

Ninguna visita a Liverpool estaría completa sin la visita a la famosa Cavern, donde dicen que todo comenzó. Claro que uno que es investigador a la Sherlock Holmes, descubre cosas nuevas, como que los inicios de los Fab4 fue en un tugurio subterraneo llamado The Cashbah.
Dicen que lo han reflotado, para ser visitado, asi que ya tengo otro motivo para volver a Liverpool...

Fue un viaje de inmersión total en mi beatlemania, la realización de un sueño de juventud que se prolongó hasta ahora, que tuve la suerte de concretar ahora, ya bien más viejito....
Como digo siempre, Dios ha sido bueno conmigo.

Texto y fotografías, Jaime Bórquez